martes, 20 de junio de 2017

Qué bonito el verano, sí.

Qué bonito el verano verdad? con su calor, sus helados que engordan, sus precios elevados por consumir en una terraza, con sus mosquitos, con tu pelo bufado...sí,...pero especialmente, que bonito es ir a la piscina pública con tu #buenhij@. Eso sí que es lo más. Con mi hija es genial.

Esos pollacos que montan porque quieren coger siempre el juguete del otro...sobretodo si el otro está jugando con el...Acción, consecuencia. Dicen los expertos. Acción consecuencia. Así que, ante el ataque de ira cuan caniche rabioso, la sacas de la piscina totalmente poseída, dando patadas al aire, a sentarla en la toalla, hasta que se calme.Todo eso bajo la atenta mirada de los bañistas allí presentes, porque un buen pollaco que se precie, tiene que tener espectadores que te miren en plan "Jesús, María y Jose, mi hij@ es pefecto y eso yo nunca lo he vivido" En ese momento te percatas de tu media teta fuera...pero no pasa nada. Es verano. Yuju!

Se ha calmado. Creo que viéndome a mi luchar contra la plaga de mosquitos que me persigue cada verano en este maravilloso pueblo en el que vivo. Debí dar un espectáculo de lo más entretenido. Mi hija ha susurrado la frase mágica "Vale, mamá, lo siento mucho, está bien"

Volvemos al aguachirri. Porque estaremos de acuerdo en que el agua de la piscina infantil es aguachirri . El aguachirri, es el resultado de mezclar, agua con cloro, pis de niños, más pis de adultos, porque yo se que más de uno pensará "Total, un pipí más..." más crema solar en cantidades industriales, más solano de 40º pegándole desde primera hora de la mañana. Esa es la fórmula mágica.

Estés el rato que estés, para tu buenhij@ nunca es suficiente, 3 horas en el agua? Poco. Llanto. 7 horas? 12? dormir allí? poco, poco...no hay límite ni hartura. Llanto.

Te duele la cintura, tienes los cachetes del culo escocidos de tanto frotarlos con los azulejos del suelo. Procedamos al Plan B. Chantaje. "Quieres que mamá que te compre gusanitos?" Es aquí cuando siempre hay una buenamadre o una mujer como super sana, como mi amiga Marujita Merino, (Love Maru) observándonos y que no entiende por qué damos gusanitos a nuestros hijos y no sandía fresca. Este podría ser un motivo de peso. La buenahija, no sabe decir no cuando se trata de gusanitos.

Hay un quiosquito precioso, con unos precios inexplicables. Tipo Cafetería de aeropuerto. No voy a entender jamás por qué hay que subir los precios de esa manera por el hecho de estar en un aeropuerto, estación de autobuses o piscina publica. Jamás lo voy a comprender. Perdonen mi ignorancia. Coño con los gusanitos. Ok.

Luchemos de nuevo contra los mosquitos. Aun no se me ha secado ni siquiera ligeramente la parte del bañador que cubre la zona de los genitales, cuando la insistencia por volver al agua de la buenahija, me hace volver al aguachirri.

Llega la hora que tú te has fijado para salir del agua y vuelve a repetirse el pollaco piscinero. Saca a la niña poseída  del agua, de nuevo. En ese momento, secarla y vestirla recuerda a los juegos esos que hay en algunos pueblos, que tienes que atrapar un cerdo o un corderito desbocado en medio de un barrizal? que si lo coges te lo quedas? Pues a eso. Lo consigues y sales sudando de allí.

El buen padre, que ha escogido la opción de quedarse en casa ese día, te recibe con un:

"Lo habéis pasado bien?" De nuevo el tic nervioso en el ojo izquierdo.

Te prometes a ti misma, en tu fuero interno, que no volverás, pero lo haces. Vuelves, porque...

"que linda la pequeña chapoteando en el agua...es tan mona y tan feliz..."

"Sabes qué papi? Ya mete la cabeza debajo del agua"

                                                                                             PJMV

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